14 enero, 2013

Cualquier excusa es buena para hacer nuestra propia voluntad.

Cualquier excusa es buena para hacer nuestra propia voluntad.


Lo mas conocido del cuerpo, Humano, añadamos a cada una de esta partes, las otras muchas que dan forma a estas. Todo ello forma la mas bella y perfecta maquina.
Y el Señor dice que su Iglesia es como el cuerpo, pero no cualquier cuerpo.
Somos su cuerpo y Él es el Cerebro de este hermoso cuerpo.

1Corintios 12:18 Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso.

No valen nuestras intenciones mas allá de ponernos en sus manos para que nos guíe para hacer aquello para lo que Él nos ha capacitado, sabiendo esto y sometidos a su voluntad nos preparamos para aquello que Él ha dispuesto.

Recuerdo frases de coba diciendo algo así como, “Felicidades, es una bendición, ver que consigues lo que te propones”.

O bien el orgullo paternal de personas que después de estorbar a los hijos de otros padres, de pronto están alabando exultantes de júbilo todos los planes y logros de sus hijos.

Dios formó a su Iglesia como un cuerpo, y al igual que nuestro cuerpo cada miembro tiene su función, y jamás una mano hace de pie, ni al contrario, esto solo ocurre cuando un cuerpo es mutilado, o nace defectuoso, pero no es este el caso de la Iglesia del Señor, esta es perfecta, pero las malas actitudes la dejan lisiada.

Recuerdo una frase para ilustrar esto, al ser nombrado diacono un joven dijo, ¿y que es un diacono?, ¡yo no me siento diacono!.
Y es cierto, no es diacono, no tiene el más mínimo espíritu de servicio, su aspiración era el gobierno, pero queda claro que tampoco en esto funcionaria.
Porque su deseo es ser servido mas que servir.
¿Cual es la causa?, el deseo de servir es hacer lo que YO quiero, y en ningún momento entender que el primer Diacono fue el Señor Jesucristo, y Él hizo lo que el Padre le mandó.

Esta es una de esas cosas importantes que el Señor en su palabra nos repite, para que le prestemos atención.

Mateo 20:28 como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.

Marcos 10:45 Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.

Vino no para ser servido, sino PARA SERVIR y PARA DAR.
Otra anécdota fue lo que se escucho decir a una madre, alabando las intenciones de uno de sus vástagos, era exactamente el cuento de la lecherita, “Hare esto y esto y luego esto, y cuando ya tenga solucionado todo esto, entonces, haré esto y esto y esto para el Señor”.
No se mencionó en ningún momento la dirección y la guía del Señor para que mostrara su voluntad.
Primero solucionaría su posición en este mundo y luego haría para el Señor todo lo que le venía de gusto.
Todo se llevó a efecto, barrió con todo y se coloco en el lugar que planeo y no importo a quien arruino en su ascensión al cumplimiento de su voluntad.

¿Donde queda el sometimiento a la Santa voluntad del Señor?
¿Dónde queda conocer cual es tu sitio en el cuerpo, y no como encaja el cuerpo en tu sitio?

Pero lo más preocupante es ¿donde está la visión?, ¿donde está la capacidad de supervisión?, para ver un cuerpo en su conjunto y no un cuerpo que se conjunte conmigo y con mis planes.

1Corintios 12:18 Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso.

Y en su propósito Dios usa a los suyos que actúan con corazón sencillo y sincero, los usa para guiarte marcándote el camino de sus planes, pero si persistes en tu cabezonería caerás en el descrédito, y el Señor actuará.

Adoniram Leví

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