Prediquemos el Evangelio
Siento inquietud al pensar en
la responsabilidad de predicar el evangelio y ver que algunas veces nos
involucramos en temas de forma errónea. Los conflictos del mundo son graves,
pero ya sabemos por la palabra que pararían.
Mateo 24:6 Y oiréis de
guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que
todo esto acontezca; pero aún no es el fin.
Marcos 13:7 Mas cuando oigáis de guerras y de rumores de
guerras, no os turbéis, porque es necesario que suceda así; pero aún no es el
fin.
Y sabemos que Dios
controla las cosas.
Debemos predicar
a judíos y gentiles que puedan ser salvos.
Pero pareciera que de
pronto somos defensores de Dios y de su pueblo terrenal.
Prediquemos el
evangelio y si en algún momento es preciso explicar algo sobre Israel
no citemos la palabra desde nuestro conocimiento sino directamente con la
palabra de Dios en la mano.
Pero acabemos siempre
dejando el Evangelio de la gracia bien claro, que es lo que nos toca como
Iglesia.
Todos ahora tienen que
escuchar el Evangelio de la Gracia.
Israel desecho al
Señor y sufre las consecuencias, son rebeldes a Dios, aunque Dios
cumple en ellos las promesas hechas a sus padres Abraham, Isaac y Jacob, lo
hace por amor de su nombre y porque es fiel a sus promesas, a su
tiempo volverá a tratar con ellos, pero
ahora están en disciplina.
Ellos necesitan saber
del Señor y su Evangelio de salvación e igualmente sus enemigos y el resto del
mundo.
Usemos el hecho de la desobediencia de Israel para hablar del amor de Dios, de su justicia y Santidad.
Y hagámoslo de forma que vean que es lo que Dios dice y cuanto les ama, a todos por igual porque todos por igual son pecadores.